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  • Foto del escritor: Carlos Hernández Franco
    Carlos Hernández Franco
  • 4 oct 2019
  • 2 Min. de lectura

Un combatiente anhela poder conocer lo que hay al otro lado de una cima, o de un terreno donde la vista no alcanza. Esto es porque el peligro puede acechar y su vida corre peligro. Conocer la posición del enemigo y saber de qué armamento dispone. Si bien es cierto que muchos han vaticinado desde hace décadas el final del soldado de infantería en favor de las armas masivas y guerra electrónica, a día de hoy, la realidad es que la industria armamentística, sigue trabajando en sistemas pensados para el combatiente. En cómo poder accionarlos y transportarlos en el frente. Estos sistemas prometen multiplicar la efectividad de la infantería. Me refiero a plataformas de sensores como los estadounidenses RQ-11 Raven, el RQ-20 Puma o el Wasp III (de menor tamaño) que son aviones teledirigidos lanzados a mano y que son capaces de navegar por sí mismos y de enviar imágenes ópticas e infrarrojas a estaciones de control en primera línea del frente. Así permiten mejorar la información de que disponen independientemente de la dificultad del terreno donde se combate. Estos anteriores permiten obtener información pero no atacar los objetivos. Para ello, el Ejército de EE.UU. Solicitó el desarrollo del denominando Switchblade. Este dispositivo es un avión teledirigido diseñado para ser transportado dentro de una mochila estándar, plegado dentro de un tubo; pesa unos 2,7 kg y desplegado mide 61 cm de largo. Además de un sistema de control de vuelo por GPS capaz de dirigir la navegación a unas coordenadas concretas y de una cámara en color. El Switchblade está provisto de una cabeza explosiva equivalente a una granada de 40 mm diseñada para minimizar los daños colaterales: esto significa que el aparato no se limita a mirar, sino que puede atacar al enemigo actuando a modo de kamikaze. . Por otra parte, conseguir la capacidad de alcanzar a un objetivo enemigo cuando está a cubierto supone una ventaja innegable. Así se dificultan las operaciones de emboscadas y sorpresas del adversario y facilita el ataque de las fuerzas propias. Es por esto que se diseñó el lanzagranadas XM25 CDTE ('counter defilade target engagement', combate contra blancos en desenfilada), que es el primer sistema de armas ligeras denominadas ¨inteligentes¨ el usuario puede ajustar la distancia exacta a la que desea que haga explosión la granada en el aire. Es el proyectil el que mediante un mecanismo electrónico, cuenta la distancia usando su propia rotación desde que deja el cañón. Por ello la explosión, al producirse a media altura, puede batir blancos que están en desenfilada eficazmente


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  • Foto del escritor: Carlos Hernández Franco
    Carlos Hernández Franco
  • 31 ago 2019
  • 2 Min. de lectura

Se denomina movimiento de pinza o de doble envolvente, a una maniobra fundamental de estrategia militar que ha sido ejercitada, en gran medida, en muchas batallas. Para la realización de este movimiento, los flancos enemigos han de ser atacados simultáneamente en una maniobra de pinza, después de que el oponente haya avanzado hacia el centro de las posiciones propias, bien haya sido atraído con alguna estratagema al mismo. Se responde moviendo las fuerzas exteriores hacia los flancos del enemigo, para rodearlo. Al mismo tiempo, una segunda capa de pinzas ataca el área más externa de los flancos con el fin de impedir la llegada de refuerzos al enemigo. Esta maniobra se ha utilizado por la infantería, la caballería, carros de combate e incluso helicópteros y aviones a lo largo de la historia. Sun Tzu refería en su obra El Arte de la Guerra, que era mejor dejar una salida al enemigo, puesto que un ejército pelearía con más valentía al verse completamente rodeado. Siempre en la mente de los comandantes de los ejércitos está presente la posibilidad de realizar o de ser víctima de esta maniobra, por lo que se predisponen tropas y efectivos para evitarlas. Su ejecución puede darse en batallas de poca envergadura como en teatros de operaciones enteros. Quizá la batalla histórica por excelencia donde se realizó la envolvente es la batalla de Cannas (o Cannæ) el 2 de agosto del año 216 a. C. entre el ejército púnico, comandado por el famoso Aníbal Barca, y las tropas romanas, dirigidas por los cónsules Cayo Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo, en el marco de la segunda guerra púnica. No obstante, la historia militar deja otros acontecimientos donde fue protagonista como Maratón, Stalingrado o La Guerra de los Seis Días.


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  • Foto del escritor: Carlos Hernández Franco
    Carlos Hernández Franco
  • 15 ago 2019
  • 2 Min. de lectura

Los carros de combate han dominado la ocupación del terreno desde su desarrollo en la Primera Guerra Mundial, nos han brindado combates apasionantes desde entonces. Incluso goza de un tipo de estrategia específica en los teatros de operaciones. Su creación se basó en buscar una solución a la problemática de poder seguir avanzando mientras se está bajo fuego enemigo. Antecedentes históricos los encontramos en las diferentes máquinas de asedio de la antigüedad o de la Edad Media. Se utilizaron por el Reino Unido y Francia durante la Primera Guerra Mundial a fin de solucionar el estancamiento de la guerra de trincheras que tenía el Frente Occidental. Una de sus funciones era facilitar el traslado de la infantería de la trinchera propia a la enemiga sin que ésta sufriera ningún daño. La infantería estaba día y noche expuesta al fuego de armas ligeras y artillería enemigas. Uno de los efectos que sorprendieron fue que su visualización causaría inicialmente terror entre las filas enemigas. Entre guerras, aparecieron las torretas. Las torretas, fueron reconocidas como esenciales puesto que el cañón de gran calibre, podía ser utilizado contra blancos blindados con la posibilidad de apuntar hacia cualquier ángulo. Las armas montadas en el casco necesitaban que el vehículo se expusiera al fuego enemigo. Aún así, la mayoría de los carros de combate mantuvieron una ametralladora en el casco, y generalmente una o dos ametralladoras en la torreta, para defensa contra la infantería. Posteriormente, los carros de combate fueron adaptados para una amplia gama de operaciones militares, incluyendo la limpieza de minas y tareas de ingenieros. Los mejores carros de combate actuales, a mi criterio. El M1 Abrams es el tanque principal del Ejército estadounidense y del Cuerpo de Marines. Fue diseñado a finales de los años 70 y después fue modificado muchas veces, entre las que se destacan el cañón de 120 mm de construcción alemana y el blindaje adicional de uranio empobrecido, entre otros. T-90A es el tanque más avanzado del Ejército ruso. Este blindado tiene una alta capacidad letal en combates a larga distancia. A mayor alcance, mayor es su poder destructor gracias a la posibilidad de lanzar cohetes antitanque del tubo de cañón. El misil 9M119M Refleks puede penetrar el blindaje homogéneo laminado de 700 mm a una distancia hasta 3.1 millas (alrededor de 4.98 km). El carro de combate alemán Leopard 2, es un análogo del M1 Abrams. Su armamento es similar, aunque la versión estadounidense tiene un mejor blindaje. Leopard es bastante popular entre los aliados de Alemania en la OTAN. Es el mejor tanque europeo, pues lo utilizan desde los ejércitos de España y Alemania hasta Noruega. El Challenger-2, Reino Unido. Está dotado del cañón de ánima rayada, cosa poco común con los tanques actuales. Se considera uno de los tanques con la mejor protección ya que su blindaje compuesto ¨Chobham¨ ( desarrollado en los años 60 compuesto cerámico) ofrece la mejor resistencia contra los proyectiles perforantes. En otra ocasión hablaremos de las mejores batallas de carros de la historia.


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