Un combatiente anhela poder conocer lo que hay al otro lado de una cima, o de un terreno donde la vista no alcanza. Esto es porque el peligro puede acechar y su vida corre peligro. Conocer la posición del enemigo y saber de qué armamento dispone. Si bien es cierto que muchos han vaticinado desde hace décadas el final del soldado de infantería en favor de las armas masivas y guerra electrónica, a día de hoy, la realidad es que la industria armamentística, sigue trabajando en sistemas pensados para el combatiente. En cómo poder accionarlos y transportarlos en el frente. Estos sistemas prometen multiplicar la efectividad de la infantería. Me refiero a plataformas de sensores como los estadounidenses RQ-11 Raven, el RQ-20 Puma o el Wasp III (de menor tamaño) que son aviones teledirigidos lanzados a mano y que son capaces de navegar por sí mismos y de enviar imágenes ópticas e infrarrojas a estaciones de control en primera línea del frente. Así permiten mejorar la información de que disponen independientemente de la dificultad del terreno donde se combate. Estos anteriores permiten obtener información pero no atacar los objetivos. Para ello, el Ejército de EE.UU. Solicitó el desarrollo del denominando Switchblade. Este dispositivo es un avión teledirigido diseñado para ser transportado dentro de una mochila estándar, plegado dentro de un tubo; pesa unos 2,7 kg y desplegado mide 61 cm de largo. Además de un sistema de control de vuelo por GPS capaz de dirigir la navegación a unas coordenadas concretas y de una cámara en color. El Switchblade está provisto de una cabeza explosiva equivalente a una granada de 40 mm diseñada para minimizar los daños colaterales: esto significa que el aparato no se limita a mirar, sino que puede atacar al enemigo actuando a modo de kamikaze. . Por otra parte, conseguir la capacidad de alcanzar a un objetivo enemigo cuando está a cubierto supone una ventaja innegable. Así se dificultan las operaciones de emboscadas y sorpresas del adversario y facilita el ataque de las fuerzas propias. Es por esto que se diseñó el lanzagranadas XM25 CDTE ('counter defilade target engagement', combate contra blancos en desenfilada), que es el primer sistema de armas ligeras denominadas ¨inteligentes¨ el usuario puede ajustar la distancia exacta a la que desea que haga explosión la granada en el aire. Es el proyectil el que mediante un mecanismo electrónico, cuenta la distancia usando su propia rotación desde que deja el cañón. Por ello la explosión, al producirse a media altura, puede batir blancos que están en desenfilada eficazmente
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