La Operación Balmis, es el nombre que el Ministerio de Defensa de España ha dado al dispositivo de despliegue táctico militar para colaborar en la lucha contra la propagación de la Covid-19. La operación Zendal, es el nombre que el Ministerio de Defensa de España ha dado al dispositivo de recogida de muestras de test masivos de población para el control de la propagación de la mencionada enfermedad.Estas denominaciones, rinden homenaje a una de esas aventuras tan olvidadas de nuestra historia que fue la expedición humanitaria que lideró el médico militar Francisco Javier Balmis con el fin de llevar la vacuna de la viruela a los territorios del imperio español en América y Filipinas (1803-1806). El objetivo de la misma era acabar con la mortalidad infantil que ese virus estaba causando en lo que se denominaban territorios de ultramar.Teniendo su origen en el puerto de La Coruña, la denominada Real Expedición Filantrópica de Balmis inmunizando a la población de Canarias, América, Filipinas, Macao, Cantón y la isla Santa Elena. Su aventura, junto al militar catalán José Salvany, resultó ser una de las mayores proezas humanitarias de todos los tiempos. Pero no hemos de olvidar a la otra protagonista de la expedición que fue la coruñesa Isabel Zendal, enfermera que cuidó de 22 niños que fueron reclutados de la Casa de los Expósitos de La Coruña, para los fines científicos de la expedición. Al ser Balmis el médico de la Corte, pudo disfrutar del apoyo financiero y personal del Rey Carlos IV. Se calcula que la expedición vacunó a 250.000 niños. Una de las campañas más curiosas fue la que, de vuelta a España, realizó en la isla de Santa Elena, ampliamente conocida debido a que sirvió de prisión militar al exiliado emperador Napoleón I de Francia, donde Balmis logró convencer a la autoridad británica para que se autorizara la vacunación de sus gentes.Posteriormente a la hazaña, incluso el descubridor de la vacuna de la viruela, el británico Edward Jenner, se referiría a la expedición: “No puedo imaginar que en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este”. Es otra de esas ocasiones como tantas de nuestra historia, en que podemos estar orgullosos de ser españoles.
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22 feb 20201 Min. de lectura
Estamos siendo testigos de que los ejércitos se esmeran en buscar una mayor precisión. El motivo es que la munición convencional no guiada no siempre consigue evitar un elevado riesgo de daños colaterales, tanto en las unidades propias como en personal civil. Por ello, se buscan municiones con sistemas de navegación y guía para posicionar, localizar, destruir o abatir el objetivo de forma certera. Tradicionalmente, España posee buena fabricación de municiones y armamento convencional, pero es nuestra asignatura pendiente producir sistemas de guía. Recientemente, los helicópteros “Tigre” cuentan con cohetes de 70 mm guiados, aunque sería deseable abarcar a la mayor parte de municiones.
Otra apuesta interesante son las armas de energía de alta potencia dirigida. El objeto por el que fueron diseñadas es la neutralización de drones o cualquier artefacto guiado por el aire. Utiliza un rayo de fotones invisible que alcanza la velocidad de la luz. Una característica interesante es la precisión, que como ya he indicado, reduce las víctimas y daños colaterales respecto a otras soluciones convencionales.
Debe ser un objetivo de nuestras Fuerzas Armadas actualizar a estos sistemas, que sin duda serán de uso general por los ejércitos de nuestro entorno en un breve plazo de tiempo. Actualmente las fuerzas aéreas con aviones de tercera y cuarta generación cuentan en un 60% con armamento guiado, de ellos el 75% es de origen israelí o estadounidense transformándolos en los principales proveedores de sistemas de guía y armamento inteligente en el mundo.
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4 oct 20192 Min. de lectura
Un combatiente anhela poder conocer lo que hay al otro lado de una cima, o de un terreno donde la vista no alcanza. Esto es porque el peligro puede acechar y su vida corre peligro. Conocer la posición del enemigo y saber de qué armamento dispone. Si bien es cierto que muchos han vaticinado desde hace décadas el final del soldado de infantería en favor de las armas masivas y guerra electrónica, a día de hoy, la realidad es que la industria armamentística, sigue trabajando en sistemas pensados para el combatiente. En cómo poder accionarlos y transportarlos en el frente. Estos sistemas prometen multiplicar la efectividad de la infantería. Me refiero a plataformas de sensores como los estadounidenses RQ-11 Raven, el RQ-20 Puma o el Wasp III (de menor tamaño) que son aviones teledirigidos lanzados a mano y que son capaces de navegar por sí mismos y de enviar imágenes ópticas e infrarrojas a estaciones de control en primera línea del frente. Así permiten mejorar la información de que disponen independientemente de la dificultad del terreno donde se combate. Estos anteriores permiten obtener información pero no atacar los objetivos. Para ello, el Ejército de EE.UU. Solicitó el desarrollo del denominando Switchblade. Este dispositivo es un avión teledirigido diseñado para ser transportado dentro de una mochila estándar, plegado dentro de un tubo; pesa unos 2,7 kg y desplegado mide 61 cm de largo. Además de un sistema de control de vuelo por GPS capaz de dirigir la navegación a unas coordenadas concretas y de una cámara en color. El Switchblade está provisto de una cabeza explosiva equivalente a una granada de 40 mm diseñada para minimizar los daños colaterales: esto significa que el aparato no se limita a mirar, sino que puede atacar al enemigo actuando a modo de kamikaze. . Por otra parte, conseguir la capacidad de alcanzar a un objetivo enemigo cuando está a cubierto supone una ventaja innegable. Así se dificultan las operaciones de emboscadas y sorpresas del adversario y facilita el ataque de las fuerzas propias. Es por esto que se diseñó el lanzagranadas XM25 CDTE ('counter defilade target engagement', combate contra blancos en desenfilada), que es el primer sistema de armas ligeras denominadas ¨inteligentes¨ el usuario puede ajustar la distancia exacta a la que desea que haga explosión la granada en el aire. Es el proyectil el que mediante un mecanismo electrónico, cuenta la distancia usando su propia rotación desde que deja el cañón. Por ello la explosión, al producirse a media altura, puede batir blancos que están en desenfilada eficazmente
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