Estamos siendo testigos de que los ejércitos se esmeran en buscar una mayor precisión. El motivo es que la munición convencional no guiada no siempre consigue evitar un elevado riesgo de daños colaterales, tanto en las unidades propias como en personal civil. Por ello, se buscan municiones con sistemas de navegación y guía para posicionar, localizar, destruir o abatir el objetivo de forma certera. Tradicionalmente, España posee buena fabricación de municiones y armamento convencional, pero es nuestra asignatura pendiente producir sistemas de guía. Recientemente, los helicópteros “Tigre” cuentan con cohetes de 70 mm guiados, aunque sería deseable abarcar a la mayor parte de municiones.
Otra apuesta interesante son las armas de energía de alta potencia dirigida. El objeto por el que fueron diseñadas es la neutralización de drones o cualquier artefacto guiado por el aire. Utiliza un rayo de fotones invisible que alcanza la velocidad de la luz. Una característica interesante es la precisión, que como ya he indicado, reduce las víctimas y daños colaterales respecto a otras soluciones convencionales.
Debe ser un objetivo de nuestras Fuerzas Armadas actualizar a estos sistemas, que sin duda serán de uso general por los ejércitos de nuestro entorno en un breve plazo de tiempo. Actualmente las fuerzas aéreas con aviones de tercera y cuarta generación cuentan en un 60% con armamento guiado, de ellos el 75% es de origen israelí o estadounidense transformándolos en los principales proveedores de sistemas de guía y armamento inteligente en el mundo.
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