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Foto del escritorCarlos Hernández Franco

Una Black Operation, o también Black Ops en plural, se trata de una operación encubierta que generalmente reune actividades que son a menudo catalogadas como alto secreto, clandestinas y estandarizadas fuera del protocolo militar habitual o incluso directamente al margen de la ley. Un factor clave en la puesta a punto de una operación de este tipo es que se lleva a cabo con suma discrección, en muchos casos no existen registros oficiales de la operación que se ha mantenido o se mantiene en ese momento operativa. Normalmente, tiene connotaciones negativas y no es atribuible a la organización que la lleva a cabo. La principal diferencia entre una ´black op´ y una en que no es más que clandestina, es que la primera tiene elementos de engaño. Algunas veces las ´black ops´se hacen bajo una misión de bandera falsa, para ocultar a quién está detrás de dicha operación o para que parezca que alguna otra diferente organización gubernamental o entidad es responsable. Se sabe que estas operaciones se han llevado a cabo por la mayoría de servicios secretos y servicios de inteligencia de diversos países. Las llamadas operaciones de bandera falsa es una operación planeada y ejecutada para ocultar la identidad de su autor, tratando de eludir las consecuencias legales de ella. Una operación encubierta se diferencia de una operación clandestina en el empeño para ocultar los hechos en vez de ocultar la operación en sí. Efectivamente, la intervención en gobiernos de países ajenos ha sido un componente importante de la política exterior de las grandes potencias durante mucho tiempo. Si se considera que expulsar del poder a un mandatario democráticamente electo es la mayor intervención posible, ahí está el caso de Jacobo Arbenz, en Guatemala, reconocida por los documentos desclasificados por EE.UU. Hoy día, el peligro se aleja de las intervenciones de fuerzas armadas especiales combinadas con inteligencia, sino, más bien, desde el uso de medios cibernéticos. Internet y las redes sociales. La forma de hacer operaciones encubiertas pasa por este medio. El mundo ha cambiado, y por eso ahora manda el show, manda el impacto y manda la viralidad



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Foto del escritorCarlos Hernández Franco

Inicialmente, los tercios estaban compuestos por un número aproximado a los 3000 hombres divididos en 12 compañías. Según las necesidades las campañas que se presentaban, estos efectivos podían aumentar considerablemente. La profesionalidad de los integrantes de estas magníficas unidades, dotaba de una gran maniobrabilidad en la batalla para dividirse en unidades más móviles hasta llegar al cuerpo a cuerpo individual. En esta suerte del cuerpo a cuerpo, la coordinación y la especialización eran fundamentales. El nombre “tercio” proviene de los tres tipos de soldados que lo componían. Piqueros, arcabuceros y rodeleros. Posicionados en grandes formaciones cuadradas o rectangulares, dependiendo de la necesidad del combate. La vanguardia del tercio era la zona más reforzada, pero la disposición de su formación estaba pensada para presentar batalla por los cuatro costados, incluso podía rotar durante la batalla. En cuanto a su operatividad, combinaba armas de fuego (arcabuz y mosquete) y armas blancas (pica, espada, dagas). Asimismo en ocasiones podía disponer de artillería (pequeños cañones) y ocasionalmente, caballería. El núcleo central del tercio lo ocupaba el capitán y los abanderados de cada compañía. De manera que la bandera quedase lo más protegida posible. Rodeando las banderas del tercio se posicionaban los tambores y pífanos. Comunicaban las órdenes del capitán a base de toques. Seguidamente se agrupaban los piqueros, escoltados por los arcabuceros y rodeleros, dejando libres a algunos de estos en lo que se denominaban “mangas”. Los piqueros mejor armados (coseletes, que disponían de mejores armaduras) formaban la vanguardia, ofreciendo su cara al enemigo. Mientras que las picas secas ocupaban las posiciones interiores. Las “mangas” eran parte fundamental de los tercios. Su posición inicial estaba en las esquinas del tercio, por donde era más vulnerable. Las mangas las formaban un número máximo de 300 arcabuceros para favorecer su maniobrabilidad. En estas mangas de arcabuceros residía el potencial ofensivo de los tercios. Su especialización en su arma les hicieron el arma más terrible, logrando una cadencia de fuego formidable, siendo decisivos para sustentar con sus victorias al Imperio Español durante siglo y medio


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Foto del escritorCarlos Hernández Franco

En esta ocasión, vamos a dedicarle unas líneas a las armas largas del Servicio Secreto estadounidense, que es quizá la referencia de los equipos de escolta occidentales. Estamos acostumbrados a ver rodeando a los mandatarios, agentes del servicio secreto, provistos de gafas oscuras, intercomunicadores en las orejas... pero a simple vista no vemos sus armas. Suponemos que, al menos, llevan un arma corta pero también veremos que muchos de ellos portan un fusil especialmente diseñado para este tipo de servicio. En 2016, el Servicio Secreto de Estados Unidos emitió una solicitud para dotarse de un nuevo subfusil. Esencialmente requerían para sus agentes un arma de menos de 90 cm., con culata plegable y en calibre 5.56x45mm. La necesidad de este cartucho podría responder a que se va detectando que el enemigo utiliza protecciones antibala capaces de detener la munición de 9 mm parabellum que los Servicios Secretos vienen empleando en sus H&K MP5. Además, el tipo de munición era peligroso en el caso hipotético de disparar contra la multitud pues atravesaba el cuerpo del objetivo impactando posteriormente en víctimas no deseadas. Pues bien, salió escogido el FN P90 en su variante USG, específicamente adaptado al Servicio Secreto Estadounidense. Su novedoso diseño le permite ser una arma discreta y tremendamente eficaz. Su configuración de tipo bullpup, presenta un cargador transparente de 50 cartuchos montado sobre el arma, paralelo al cañón. La rampa circular bajo el cargador alinea cada cartucho con la recámara. El retroceso del cartucho 5,7 x 28 es 1,95 kg/seg, aproximadamente la mitad del 5,56 x 45 OTAN, esto hace que tenga mucha eficacia en ráfaga. Su munición, la específica para el Servicio Secreto, hace que al impactar la bala en el cuerpo del objetivo, ésta se fragmente sin que llegue a provocar agujero de salida y, por tanto, no provoca víctimas colaterales. Normalmente unos veinte agentes de paisano acompañan en cada momento al jefe de la Casa Blanca, pero el Equipo de Asalto Inmediato (CAT, por sus siglas en inglés), el grupo de élite con más rango dentro del Servicio Secreto, es la última línea de defensa del presidente estadounidense. A este equipo dedicaré un artículo aparte


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