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Técnicas de seducción del asesino en serie

  • Foto del escritor: Carlos Hernández Franco
    Carlos Hernández Franco
  • 24 oct 2015
  • 3 Min. de lectura

En el presente artículo, vamos a ver algunas de las técnicas que han utilizado asesinos en serie famosos, con las cuales embaucaban a sus víctimas. Cuando se estudian los perfiles criminales, solemos encotrar casos en que el sujeto desarrolla una técnica para atraer a su objetivo, o bien para que le acompañe a un lugar en concreto. Normalmente los sujetos que desarrollan este tipo de estrategias son los asesinos organizados, los cuales planean previamente todo el proceso. Muchos de ellos, como veremos, realizan un estudio pormenorizado de la victimología de su interés.

Un ejemplo claro es el de Ted Bundy, uno de los asesinos en serie más estudiados, el cual acabó con la vida de al menos 14 mujeres aunque él confesó 28. Se valía de su atractivo y su carisma personal, paseándose por los supermercados pidiendo ayuda a mujeres jóvenes para conducir su coche Volkswagen, fingiendo que tenía un brazo roto. Utilizaba la buena voluntad de las personas que, evidentemente, no sospechaban que trataban con su asesino.

Otro de los casos más elaborados es el del Henry Landrú, el apodado "Moderno Barba Azul", enamoraba a mujeres viudas y las asesinaba, no sin antes asegurarse de quedarse con toda su fortuna. La Gran Guerra 1914-1918 le proporcionó una gran oportunidad. Las bajas que a diario se producían en el frente de batalla, aumentaban constantemente el número de viudas, quienes colocaban en los periódicos anuncios matrimoniales. Esta lectura fue para Landrú su ocasión, ya que un hombre como él, atractivo y joven, podía aprovecharse de esta situación. Una vez que las convencía de que le confasen sus ahorros, las mataba, las descuartizaba con una sierra y finalmente las incineraba en el horno de la villa Ermitage en París.

Otros utilizan su profesión como estrategia de encubrimiento, como por ejemplo Keith Hunter Jesperson, que al menos cometió 8 asesinatos, su profesión de camionero le sirvió para realizar los crímenes en un amplio radio de kilómetros que hacían difícil la relación y la localización. Su error fue que asesinó a su propia novia. Era apodado "cara feliz" ya que para darse a conocer dibujaba un símbolo que emulaba esa expresión. Tambier el viajar le valió a Clifford Olson, que asesinó al menos a 11 personas, pero en este caso, atraía a los jóvenes auto-estopistas ofreciendo trabajo y un buen sueldo para que le acompañaran. Luego los asesinaba brutalmente.

Albert DeSalvo, el conocido "Estrangulador de Boston" utilizaba un uniforme de operario, con el que se hacía pasar por personal de mantenimiento de los edificios y así entrar en el domicilio de sus víctimas. Esta técnica le valía sobre todo con la victimología de mujeres mayores y confiadas con personas uniformadas. Lo mismo encontramos con asesinos que utilizan uniformes de cuerpos de seguridad o sanitarios, los cuales generan confianza a las víctimas. No olvidemos que el asesino en serie va perfeccionando su "modus operandi" y técnicas cada vez que mata. Se aprovechan incluso de los vicios y debilidades de sus víctimas, como hacía Randy Kraft que invitaba a beber alcohol a sus víctimas y una vez que se emborrachaban los estrangulaba, siendo apodado como "El Estrangulador de California".

Por ello, los investigadores barajan todas estas posibilidades cuando una víctima no se ha resistido inicialmente a su asesino. En la mente del criminal organizado encontramos la esencia del depredador, que analiza, diseña y perfecciona sus actos cada vez que mata. Por ello, es importante que ante la sospecha de tener un caso de asesino en serie, hay que actuar rápido para detenerle.

 
 
 

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