FACTORES CRIMINÓGENOS: EL ORIGEN DEL MAL
- Carlos Hernández Franco, Doctor en Criminología
- 12 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Gracias a los trabajos del psicólogo inglés Adrien Raine , sabemos que el área prefrontal del cerebro de muchos criminales seriales, presenta un rendimiento notablemente más bajo comparado con el de individuos normales.
El área prefrontal se encarga de dominar los impulsos agresivos en momentos de ira. Quizá esta forma de control, si no funciona adecuadamente, puede llevar a la comisión de un crimen por falta de contención. También, curiosamente genera adicción al riesgo y reduce la habilidad para resolver problemas. Tienen, en promedio, más pequeña la amígdala, una región que se encarga de procesar emociones como el miedo y es crucial en decisiones morales. Por dicha configuración mental los psicópatas planearían sus delitos sin que les importe violar las leyes, ni tampoco sienten empatía por sus víctimas.
Hemos vivido, durante muchos años, con la negación de que cualquier tipo de componente biológico en el comportamiento criminal, era considerado racista. Pero todos los criminólogos sabemos que así es precisamente como empezaron las primeras teorías de Cesare Lombroso, fundador de la criminología moderna, apoyadas en el estudio fisiológico de asesinos.
Hoy sabemos que un criminal puede tener una base fisiológica, pero también influyen los factores ambientales y sociales.
Además sabemos que muchos aspectos ambientales y de salud pueden causar esos mismos cambios en la estructura física del cerebro. El consumo de alcohol, la mala nutrición en los primeros años de vida, abusos y violencia producen cambios cerebrales que se traducen en un comportamiento violento posteriormente en la edad adulta.
Sabemos que también un accidente o una enfermedad pueden modificar el cerebro. Un traumatismo, un tumor o cualquier otra dolencia en esa parte del cerebro puede causar un comportamiento violento, e incluso criminal aunque sea temporalmente.
Por eso es también importante seguir con los estudios de neurocriminología para la prevención del delito y para tomar decisiones respecto a predicciones de reincidencia de presos.
Unos científicos holandeses durante 1993, descubrieron que un gen que produce la enzima Maoa tiene una relación con la violencia. Cuando este está mutado hay bajos niveles de la enzima, lo que produce mayores índices de agresividad.
Por tanto, en el estudio de la criminogénesis, hay que tener claro que debe ser multifactorial y sobre todo multidisciplinar. Si me permiten el símil, el mal no está solo en un lugar, sino en muchas partes
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