EMPATIZAR CON EL CRIMINAL
- Carlos Hernández Franco, Doctor en Criminología
- 10 abr 2016
- 2 Min. de lectura
Una de las cosas que un criminólogo ha de tener en cuenta, es que el objeto de estudio es indudablemente el criminal y sus circunstancias. Esto hace que prácticamente siempre, todo lo que conozcamos del sujeto, así como sus actos y las motivaciones de éstos sean generalmente desagradables y despierten nuestro desprecio.
No obstante lo anterior, el criminólogo debe aprender a entender todo el proceso que lleva a una persona a cometer el acto criminal, saber las motivaciones e intuir qué factores han podido despertar la voluntad para cometerlo. El hecho de que consideremos despreciable el suceso, no debe ser óbice para acercarnos a su mentalidad. Si nos mantenemos distantes, nos será más difícil adivinar sus intenciones y por consiguiente, atraparle.
La televisión, al igual que otros medios de comunicación, han acercado el mundo de la criminología y la criminalística a la sociedad. Esto no lo veo mal, pero conviene saber que en televisión y cine se busca una espectacularidad escénica de la que carece la realidad. Suelen fijarse en aspectos derivados de una personalidad enferma proveniente de psicosis como la esquizofrenia o en personalidades psicopáticas, siendo uno de los investigadores normalmente la "estrella". Primero, quiero recalcar que muchas veces la realidad supera a la ficción, de hecho, la mayoría de asesinos seriales que aparecen en la ficción se basan en casos reales. Segundo, que "estrellas" de la criminología hay pocas. La mayoría de los casos en la realidad se suelen resolver en equipo.
Los investigadores que hacen perfiles se acercan al conocimiento del delincuente desde un ámbito científico. Organizaciones como el FBI o la CIA, estudian la personalidad de manera amplia, de forma interdisciplinar, es decir, ven la personalidad construida con factores que van más allá de la psicología. La clave del éxito, es encajar en sus investigaciones áreas del conocimiento científico como la psiquiatría, sociología, antropología... el investigador realiza la entrevista al delincuente tras pasar una fase de preparación exhaustiva, intensa y meticulosa de las preguntas a realizar.
Del mismo modo, en las películas, nos dan una apreciación de la investigación llevada casi de manera unipersonal, algo muy lejos del procedimiento, que siempre es fruto de un trabajo muy compenetrado de un equipo de investigadores. Todos deben resolver un complejo "puzzle" donde es necesario ser empático con el criminal. Por todo ello, el criminólogo no se vuelve indolente o comprensivo con el sujeto por el hecho de aprender a pensar como él, todo lo contrario, le convierte en mejor profesional
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