INVESTIGACIÓN: LAS PRUEBAS DE ADN
- Carlos Hernández Franco, Doctor en Criminología
- 21 dic 2016
- 2 Min. de lectura
El avance de las ciencias forenses en los últimos tiempos ha permitido que se desarrollen técnicas criminalísticas más sofisticadas y precisas. Quizá la más revolucionaria es el análisis de ADN.
Su uso en la investigación criminal no solo consiste en esclarecer la autoría de un crimen, también
se emplea en la identificación de restos humanos, personas desaparecidas o bien para establecer la paternidad o relaciones de parentesco en casos judiciales, como puede ser el de los niños robados 2008.
Para el cotejo, se debe realizar el perfil genético. Esta serie consiste en un patrón de fragmentos cortos de ADN que vienen ordenados conforme a su tamaño y que son particulares de cada individuo. Este patrón se transforma en un código numérico con la peculiaridad de que puede ser comparado con un grado elevado de segregación.
La técnica más empleada en los laboratorios españoles es el estudio simultáneo de un conjunto de diez a diecisiete regiones cortas de ADN nuclear, (Short Tandem Repeats STR) que se encuentran repartidas en los distintos cromosomas humanos y muestran una alta variabilidad de tamaño entre individuos diferentes. Se trata de pequeñas regiones de entre cien y quinientos nucleótidos que se componen de cuatro a cinco nucleótidos. Estos presentan una repetición de un número de veces. La secuencia de esas repeticiones ofrece una gran variabilidad entre los individuos de un grupo de estudio. Este ADN, denominado autosómico es heredado al 50% de nuestros progenitores.
Pero además es de especial interés el ADN mitocondrial que es un pequeño genoma localizado dentro de las mitocondrias y que es heredado por vía materna. Por lo que aquellos miembros de un mismo grupo familiar que compartan esta línea albergarán el mismo ADN mitocondrial (mtDNA).
Otro de los estudios del ADN se basa en el cromosoma Y, por tanto todos los miembros varones de un grupo familiar que compartan la línea paterna tienen el mismo haplotipo de cromosoma Y (Y-STR). En estos casos resulta útil en las ivestigaciones donde la identificación genética demane de restos de semen, por ejemplo en casos de agresiones sexuales.
Los genetistas forenses, una vez que les llegan al laboratorio las pruebas obtenidas en los escenarios del crimen, proceden a la obtención de los perfiles genéticos de las distintas muestras (restos bilógicos, pelos, tejidos, restos celulares procedentes de objetos usados...) Se realiza la extracción y "purificación" del ADN. Seguidamente se cuantifica para asegurar la calidad de los perfiles y su reproductividad, amplificando y remarcando las diferentes regiones variables de ADN objeto de estudio (STR, mtDNA, Y-STR) Se ejecuta la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y se separa por efecto de la electroforesis (separación de moléculas según la movilidad de éstas en un campo eléctrico) y detección de los segmentos de ADN marcados generados mediante PCR. Por último se realiza la comparación de los perfiles genéticos obtenidos.
Por supuesto es muy importante la creación de bases de datos de ADN, en ellos, los perfiles de ADN anónimos procedentes de pruebas de escenarios de un delito pueden ser comparados de forma sistemática, creando una herramienta muy eficaz para las investigaciones, tal y como se hace con la dactiloscopia.
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