CONDUCTA DELICTIVA EN MENORES Y DROGAS
- Carlos Hernández Franco
- 16 feb 2019
- 2 Min. de lectura
Sobre la influencia de las drogas en la conducta delictiva, son interesantes los datos ofrecidos por el Observatorio Español sobre Drogas que consiguen confirmar la relación existente entre droga y conducta antisocial y delictiva. Estas conclusiones aparecen reflejadas tras diferentes investigaciones como por ejemplo las efectuadas por Mulvey 2010, Muñoz 2002 y San Juan 2009.
Se observa la presencia de un mayor porcentaje de menores infractores que consumen algún tipo de sustancia frente a aquellos que no son consumidores. En cuanto al tipo de sustancia consumida, destaca el hecho de que lo más habitual en esta población sea el policonsumo, si bien también es frecuente el consumo exclusivo de tabaco y/o el alcohol. Pero si añadimos el consumo de cannabis, tenemos las tres adicciones más habituales del comportamiento antisocial.
Con respecto a las diferencias entre hombres y mujeres, existe un patrón claramente diferencial en cuanto al tipo de sustancia. En este sentido, se confirma que el grupo de hombres presenta hábitos de policonsumo. En cuanto a las mujeres, la sustancia adictiva por excelencia es el tabaco.
En cuanto a la edad, en el caso de menores, la mayor frecuencia de consumo aparece en los grupos de 16 y 17 años, esto es esencial para que podamos diseñar modelos predictivos y aplicar programas de prevención. Estos programas, deberían incluir como uno de los objetivos fundamentales programas de deshabituación de consumo de drogas, puesto que la mayoría de los menores son consumidores, especialmente de cannabis. Además, los resultados del análisis conjunto del consumo de drogas/tipo de droga consumida, la conducta delictiva y características psicológicas, nos sugieren que dichas variables están vinculadas. De forma que, aunque la intervención es necesaria en
todos los menores infractores en general, resulta prioritaria la intervención sobre las variables analizadas en aquellos menores infractores que consumen drogas, puesto que presentan mayores déficits que aquellos que no consumen.
Más del 60% de los jóvenes infractores, muestran una baja tolerancia a la frustración y similar porcentaje, un 67% presentan un auto control emocional y temperamental deficitario. Esto explica que además de robos, hurtos y lesiones, que son las infracciones penales que más suelen cometer los delincuentes juveniles, se incrementen los casos de agresiones a padres y el acoso en los centros docentes
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