PERFIL DEL INCENDIARIO FORESTAL
- Carlos Hernández Franco, Doctor en Criminología
- 15 ago 2019
- 2 Min. de lectura
En los últimos años, por desgracia, el incendio forestal supone uno de los principales problemas ecológicos en España. Lo peor de todo, es que se estima que en su mayoría tienen una génesis intencionada, sólo llega a identificarse a poco más del 2% de sus autores (Ministerio del Interior).
Ateniéndonos a estos datos, resulta ser uno de los fenómenos delictivos que más precisa de la ayuda de perfiladores criminológicos y de nuevas técnicas que aumenten su tasa de esclarecimiento.
El análisis del comportamiento delictivo de este tipo de delincuencia, entendido como un enfoque centrado en la aplicación de los conocimientos de la Criminlogía, puede ayudar en
esta labor, superando al concepto de ¨pirómano¨ o la confusión de éste con el delincuente que realiza el acto incendiario sin sufrir ningún trastorno reacionado con la piromanía.
La piromanía, según el DSM-V, es un trastorno del control de impulsos relacionado con la provocación de incendios y la atracción por el fuego. Pero los estudios estadíasticos de los detenidos por estos hechos, nos revelan que la gran mayoría de incendios no son obra de pirómanos.
Al resumir la información estableciendo tipologías de hechos delictivos esclarecidos (en los que se ha identificado al autor) la motivación más frecuente de este tipo de incendio se vincula a la obtención de algún beneficio. Suelen llevarse a cabo en verano y eligen un día laborable. Suele iniciar un solo foco pero situado de forma estratégica y el autor no permanece en la escena cuando llegan los servicios de emergencia. El fuego frecuentemente se inicia en casas cercanas a dehesas, matorrales o pastizales para facilitar que se extiendan las llamas. La edad del autor ronda entre los 34 y los 46 años, desempleado o trabajador de baja cualificación. Incluso puede ser analfabeto o bajo rendimiento académico. Frecuentemente vive desarraigado de familiares y abusa de alcohol u otras sustancias. Casi siempre conoce al propietario de los terrenos o ser su vecino. Una vez detenido adopta una postura arrogante, sin asumir los hechos. Si no se les detiene en el primer incendio, seguramente repetirá la acción en breve. La motivación, dar un escarmiento a un colectivo o una persona en particular o provocar molestias a modo de venganza. No tienen previsto que muera alguien. Lo mal es que en muchas ocasiones ocurren por descuidos o accidentes.
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